Frio y viento. Que peste. Pensar que cuando tenia quince años, me gustaba el invierno. Ahora empiezo a estornudar y pierdo la cuenta. A veces tengo la sensación de que en vez de nariz,tengo un tomate maduro, con esa madurez que tienen los tomates diez segundos antes de empezar a pudrirse.Cuando voy por el trigesimoquinto estornudo, no puedo evitar sentirme en inferioridad de condiciones con respecto al resto de género humano.
Admiro la nariz de los santos, esas narices afiladas y libres que tienen, por ejemplo, los santos del Greco. Admiro la nariz de los santos, porque estos (es evidente) jamás estaban resfriados, jamás eran diezmados por esos estornudos en cadena. Jamas. Si hubieran estornudado en secuencia de veinte o treinta estallidos consecutivos, no habrian podido evitar el entregarse devotamente a la puteada oral e intelectual. Y quien putea - aun en el más simplificado de sus malos pensamientos - se está cerrando el camino de la Gloria.
Admiro la nariz de los santos, esas narices afiladas y libres que tienen, por ejemplo, los santos del Greco. Admiro la nariz de los santos, porque estos (es evidente) jamás estaban resfriados, jamás eran diezmados por esos estornudos en cadena. Jamas. Si hubieran estornudado en secuencia de veinte o treinta estallidos consecutivos, no habrian podido evitar el entregarse devotamente a la puteada oral e intelectual. Y quien putea - aun en el más simplificado de sus malos pensamientos - se está cerrando el camino de la Gloria.
Fragment de "La tregua" de Mario Benedetti, (Paso de los Toros, Uruguai, 14 de setembre de 1920 - † Montevideo, 17 de maig de 2009)